viernes, 6 de abril de 2012

COSAS QUE HAY QUE SABER

Esta es una historia que pasa a diario.

Tras un ictus o un traumatismo craneoencefálico la vida cambia. TU vida y la de las personas que están a tu alrededor.

De un día a otro, sin aviso previo, comienza un duro trabajo para iniciar la rehabilitación.

Empujado por tu familia y por los profesionales sanitarios formados para ello comienzas a recorrer un camino lleno de enfrentamientos a una nueva realidad, de un trabajo largo y duro pero repleto de satisfacciones.

Tienes que empezar de nuevo a comprenderte. Es como renacer. A veces cambia tu forma de comportarte, a veces, cosas que eran tan sencillas para ti se convierten en una meta que parece inalcanzable… Sin embargo, tu luchas, te animan tus familiares, te anima el fisio, el terapeuta, el logopeda, el neuropsicólogo… Y avanzas, y poquito a poco vas dando pasos en tu nueva vida. A veces son pasos muy chicos para otros, pero muy importantes para ti. El fisio te mira ilusionado y te dice: Muy bien!! Has conseguido algo muy importante! Estas de pie!! El terapeuta ocupacional te felicita, Te has quitado tu solo la camiseta!! Y tu preguntas: y cuándo podré mover la mano como antes? Y suele haber una respuesta común: Tiempo al tiempo, paso a pasa, sin prisas, estas haciéndolo muy bien, no sabemos hasta donde vamos a llegar, pero estamos consiguiendo muchas cosas.

Este paso es difícil de entender para muchos. Los terapeutas no somos adivinos. Sabemos el camino que tenemos que seguir para ayudar y buscamos siempre nuevos caminos que se adapten a ti, que te abran nuevas posibilidades, pero no sabemos hasta donde podremos llegar. Y es bueno, porque siempre vamos a luchar para ir a más. Nos basamos en la neuroplasticidad, en la capacidad que tiene tu cerebro de aprender.

Y el paciente entiende esto y sigue luchando y nota como su cuerpo y mente mejora, a veces más rápido, otras veces más lento, pero lucha y trabaja.

Ante este esfuerzo sobrenatural que hacen nuestros pacientes veo una falta de responsabilidad, una falta de profesionalidad y una falta de calidad humana por parte de algunos sanitarios, echar por tierra este esfuerzo con frases lapidarias que No son verdad!

Lo que consigas con tu brazo no te va a servir para nada, te va a costar mucho esfuerzo y no te va a compensar… PERDONA??? Decir esto no solo es una crueldad, sino que debería ser delito. Arrebatar a alguien que confía en ti, en tu criterio profesional, su esperanza, su esfuerzo y su trabajo, no solo dice muy poco de ti como persona, si no como profesional. En rehabilitación nunca se sabe hasta dónde se va a llegar, siempre hay una capacidad para mejorar, ya sea más grande o más pequeña, y no eres quien para valorar si merece o no la pena. Para ti poder apoyar un brazo, aunque no puedas coger cosas puede no significar nada. Para otra persona puede ser vital para sentirse con la confianza suficiente para caminar.

Gracias a Dios no todos los profesionales son así, quizás solo algunos, pero los que hay me sublevan el alma. Después el paciente con el que has estado trabajando meses y meses llega llorando y te cuentan lo que sufre y lo que le ha dicho “para hacerles un favor y que tiren la toalla” NO SE PUEDE CONSENTIR ESO.

Es verdad que hay muchos aspectos a tener en cuenta, que muchos lo hagan con buena intención, que hay mucha gente que intenta dar falsas esperanzas y se intentan aprovechar…

Sin embargo, por favor te pido, antes de decir algo así a alguien piénsalo bien. Siempre hay algo que hacer. Ofrece las posibilidades, no prometas cosas imposibles, pero no quites esperanzas, invita a la lucha y reconoce el valor de los pequeños grandes logros, no desahucies a nadie, nadie se lo merece, cuida a la persona que tengas frente a ti como si fuera tu madre, tu padre, tu hijo o hija, tus abuelos… Y dales toda la información posible para que, si tu no le puedes ayudar, sepan que quizás otra persona sí.

Actualízate de forma periódica, aunque seas un gran profesional, aunque creas que lo sabes todo, por favor, revísate, revisa si en otros campos han crecido y hay más posibilidades, relaciónate con los profesionales que pasan sus días al lado de los paciente y escúchalos. Siempre hay algo nuevo que aprender y sobre todo, la vida y la naturaleza siempre sorprende y se saltan las reglas que creemos saber.

Porque después de la lucha diaria que estos pacientes y estas familias viven, merecen lo mejor de ti, como profesional y como persona.