Hoy voy a visitar a Rosa. Rosa era
profesora en mi colegio… hace ya unos pocos de años de esos.
Nunca he sido una persona que se
relacione de forma espacial con los profesores, más bien siempre he pasado
desapercibida a su lado, sin embargo con Rosa es distinto. Rosa no es profesora
de colegio, Rosa es maestra de vida y eso no puede pasar desapercibido.
Cuando estaba en el cole tenía un
momento, una palabra o un gesto especial para cada uno de nosotros. La virtud
de acompañarte en tu crecimiento tanto como alumno como persona. Cuantas veces
con su forma de hacer las cosas diferente a los demás, diferente al sistema, ha
creado comentarios, pero ella era feliz, creaba a su alrededor.
Pasan los años y Rosa sigue creciendo.
Sigue creciendo ella misma, cada día más espectacular, y sigue creciendo en
cada uno de nosotros.
Ahora Rosa tiene una enfermedad de las
llamadas raras… degenerativa… A veces hablo con ella por email, y nunca me dice
que tal está físicamente. Ya veré como se encuentra…
Quería tener un pequeño homenaje con ella
y de camino con todas las personas que nos han acompañado a lo largo de
nuestros años , que nos han enseñado el valor de las cosas, el valor de
nosotros mismos, que nos han escuchado y ayudado a seguir nuestro camino.
Este blog, tan nuevo, que solo leen unos
pocos y ni siquiera las entradas enteras, me va a servir para ponerme melancólica
y en vez de quejarme por lo que no me gusta, hablar de la gente que crea, gente
que te enseña, gente que te ayuda a ser mejor profesional y mejor persona.
Homenaje a todas aquellas personas, con
afectaciones o sin ellas, que nos ayudan, nos construyen y nos aportan. Para
ser mejor profesional hay que ser mejor persona.
Gracias Rosa